LITERATURA

  A lo largo de mi vida pocas cosas han logrado desesperarme de la misma forma que logró hacerlo esta peculiar señora, Matilde Loisel, que catalogarla como dedicada y abocada me resulta un poco inquietante e incorrecto, y como psicopática y/o desquiciada es sumamente egoísta. Supe conocerla hace varios años, en aquella época en la que trabajaba yo, más joven y menos encorvado que ahora, quizás un poco más silencioso y reservado en mis cosas, culpa de una hostilidad constante que dentro de mi hogar se desataba. Recuerdo haber sido obligado a buscar nuevamente trabajo, algo que a esas alturas me resultaba una tortura, a razón de que si no me querían dentro de mi hogar, tampoco lo hacían en los cinco muelles en los que terminé trabajando de embarcadero, porque si no robaba bajo cuerda de mis jefes pequeñas cargas de pescado fresco para llevar a casa, me encargaba de esconderme a beber cantidades incontables de licor en los pequeños rincones de los almacenes que dentro de los barcos en...